Era el gran objetivo de la temporada y Palou ha cumplido con creces. Sabía que Chip Ganassi le proporcionaría un coche para pelear por el título, pero tendría que batir a una leyenda como Scott Dixon en igualdad de condiciones y también al resto de una muy competitiva parrilla.

Ya en la primera cita de la temporada, en Barber, Alex superó una gran barrera al lograr su primera victoria en la categoría; después llegarían otros dos triunfos –e incluso su primera Pole, en Portland– y muchos podios que le permitirían llegar a la última ronda en lo más alto del campeonato con sólo dos rivales por el título.

Los deberes estaban bien hechos antes de la prueba de Long Beach, no en vano llegaba con 35 puntos de ventaja sobre O’Ward y 48 puntos sobre Newgarden, pero había que rematar la faena y, sobre todo, cuidar una mecánica que le ha traicionado varias veces este año.

Newgarden metió presión ayer al conseguir la Pole, pero Palou, desde la décima plaza, ha sabido gestionar hoy la carrera a la perfección para terminar en una cuarta posición que le ha servido para concluir la temporada con más puntos que todos sus rivales.

De esta manera, Alex se ha convertido en el primer piloto español campeón de IndyCar. Lo que ‘empezó’ Oriol Servià con aquel triunfo en la Champ Car –ganó en 2005 en el circuito Gilles Villeneuve– lo ha rematado hoy Palou con una actuación sensacional.